Vuelvo con literatura de ciencia ficcón escrita por mujeres. Esta vez, libro de cabecera del feminist-sci-fi, o ciencia ficción feminista.
Edición de Bruguera, en su colección Nova.
Voy a añadir a continuación la introducción que hace el insigne Carlo Fabretti en esta edición, que he podido leer de la Biblioteca de la Casa de Mujeres de mi ciudad.
No sé si hay mucho más que añadir. La novela ha sido reeditada este mismo año, 2021, en la colección NOVA de ciencia ficción.
Aclarar que fue escrita en 1970, publicada en 1975 en inglés, y en 1978 en castellano (Bruguera).
Russ fue una alumna aventajada (el mismo Nabokov le dio clases de literatura). Otro genio, al estilo Lem como decía antes, pero centralizado en su feminidad. Saltar de Lem a Russ ha sido una gran idea. Escritores coetáneos, en las antípodas uno de otro, ambos utilizan la ciencia ficción para expresar sus preocupaciones.
Russ va a por todas. En la forma y en el fondo. Formalmente, la novela ni siquiera lo es tal. Está dividida en nueve partes (como podrían haber sido 7 o 14), y no hay un argumento con el clásico inicio-desarrollo-final.
Sinceramente, como lector he tenido la sensación de como haber sabido de las protagonistas (cuatro mujeres en tiempos diferentes que se reunen físicamente no se sabe muy bien cómo) desde una lejana platea, con cierto voyeurismo a veces, y me imagino que porque lo que se cuentan son asuntos de mujeres. Preocupaciones, aspiraciones, quejas, esperanzas, intimidades.
En 1970 Joanna Russ puso sobre la mesa con "El Hombre Hembra" una especie de antología titulada "Esto es lo que nos pasa a las mujeres; seguramente podría ser más amable, pero no me dejais otra que hacerlo así, con esta mala leche que tengo".
Siendo amable, se rebaja la carga de lo que se quiere expresar, y el libro puede desaparecer en el limbo de entre lo evasivo y lo comercial. Siendo poco amable, al menos se consigue llevar a imprenta lo que uno realmente piensa de la situación (de las mujeres). Esto es así. Russ fue poco amable. Lo sabía.
Repito, para ser 1970, las cosas estaban muy claras. Russ es consciente de que lo que escribe seguramente será tomado por una especie de reacción histérica femenina. Hasta esto lo previó.
¡Han pasado 50 años! Poco se ha hecho, en realidad. Quizá, lo que se ha producido es la fagocitación de cierto feminismo amabilizado por el Sistema, que es lo que suele hacer Éste cuando le puede salir más cara la salsa que los caracoles (también ocurre con la multiculturalidad, la discapacidad, o la propia educación de nuestros niños). Se hace ver que el tema preocupa, se oficializan una serie de aspectos, se recogen una serie de normas o artículos en ciertas leyes o reglamentos. Parece que ya existe un paraguas invisible que hace que el Sistema no se moje, o al menos no lo haga cuando la lluvia es constante pero no intensa. Si llega la tormenta, ya saldrán los políticos a escena para intentar despistarnos a todos.
Quizá este sea el gran problema del feminismo. Domesticado, no llega a ebullir. Pleno y luchador, nos pone la cocina como un Cristo. Algo parecido a lo que ocurrió con el Proletariado, que también fue convenientemente fagocitado. Entonces, poco a poco, supongo.
A ver. Como novela de ciencia ficción, El Hombre Hembra es un poco decepcionante. Sí, por qué no decirlo. Ya he leído por ahí que precisamente afrontar esta novela como la primera de Russ quizá no sea la mejor decisión, y que tiene cosas literariamente más interesantes.
Salvando esto, la novela se lee mucho mejor como documento histórico, como novela de su época (practicamente como Nouveau Roman), y sigue valiendo la pena leerla, por supuesto.
Hay una especie de poesía, conjuntada con una intención de denunciar, y con otra de violentar al lector. Me parece muy bien, y en esto, Joanna Russ parece la hermana gemela de Samuel R. Delany. En esto van juntos. Genio, furia, poesía.
Hay párrafos que me dejaban pegado al sofá. Párrafos que deberían ser analizados poco a poco. Entresacarlos de la propia novela. Imprimirlos por separado. Breves pero potentes manifiestos. Puestos sobre la mesa para ser... ¿ejecutados? Al menos, leídos.
Me faltan conocimientos, tiempo, también energía, pero a partir de "El Hombre Hembra" podrían surgir muchas conversaciones. Al menos, conversaciones. De eso que se llama "maternidad" "conciliación" "competitividad", "mundo de hombres" "cosas de mujeres", etc, etc...
Los ejemplares de la nueva edición irán a las baldas de "Ciencia ficción". Baldas que suelen estar situadas al lado de las de YA (Young Adult)... llenas de fantasía pre-adolescente... En fin, habría que ponerla en la entrada de la librería/centro comercial. Un par de columnas de cien ejemplares cada una, como si fuera el nuevo "Harry Potter" o "Futbolísimos" o "Otro Cadáver Más desde Suecia con Amor"...
Así, sí. Pero no creo.