A veces es difícil explicar por qué ha llegado uno a leer cierto tipo de libros, y no otro.
En esta fase de mi vida leo prácticamente solo ciencia ficción. En este año 2017 que se acaba, Philip K. Dick ha estado muy presente en mis lecturas, así como una retahila de nombres tales como Brian Aldiss, Fred Hoyle, A.E. van Vogt, Frederick Pohl, Stanislaw Lem, Charles Eric Maine, John Brunner, Thomas M. Disch, y también, por qué no nombrarlo, Jack London.
Pero aprovechando un viaje de varios días en el que uno nunca sabe qué va a pasar, aproveché para llevarme conmigo un librito de bolsillo, primera edición, 1973, de los cuentos de fantasmas de M.R. James, editados por Alianza Editorial. Para releerlos con calma. Y vaya que si los disfruté. Especialmente, y como siempre, "El Grabado" y "Panorama desde la Colina".
Y en este libro hay una introducción, "M.R.James o el apogeo del fantasma", de uno de los mejores críticos, al menos prologuista, del mundo literario en castellano: Rafael Llopis.
Llopis nos cuenta en breves trazos la historia de la literatura numinoso-terrorífica. Que no es si no también la historia de muchas de mis lecturas, influenciadas enormemente por el ensayo de H.P. Lovecraft "El Horror en la Literatura", al menos en sus orígenes. Esto es, novela gótica, romanticismo, novela victoriana, novela decadente, para finalmente terminar en la ciencia ficción.
No es que no disfrute ahora de muchas de estas corrientes, a veces vuelvo a ellas. Pero el campo actual en el que me muevo es difícil de atrapar, de sistematizar, de darle forma, pues dentro de la ciencia ficción, siguen existiendo a su vez, todo tipo de estilos y acercamientos a la literatura, a la sociedad, y a la ciencia.
Pero voy a citar a Llopis. "Una vez pasada la erupción romántica, el terror que despertaban estos espectros ingenuos y estos trucos inocentes empezó a declinar". Se refiere a los Walpole, Maturin, M.G. Lewis, etc... que en realidad son lecturas canónicas para cualquier novato en esto del misterio del hombre.
Después nacerá la ghost story, y más tarde, en el siglo XX, vendrá el misterio racionalizado de los Machen o Lovecraft. Y más tarde:
"Esta tendencia o etapa -neoterrorífica- acaba por desembocar en la ciencia-ficción, en cuyo seno sigue evolucionando. Por último, a mediados de la década de 1960 [recordemos que el ensayito es de principios de los 70], surge, dentro de la ciencia-ficción, un estilo -llamado ´nueva cosa´ por sus propios cultivadores- que abandona tanto el cientismo de la primitiva literatura de anticipación como la sofisticada fantasía de la space opera terrorífica, para abrir directamente las puertas del Más Allá. Esta literatura, que ya es metaterrorífica, abandona todo intento de despertar el terror del lector e inicia la exploración del ilimitado espacio interior del hombre".
Llopis consigue resumir en pocas palabras lo que viene a ser, como ya he apuntado más arriba, el historial de mis lecturas.
Hoy en día la ´nueva cosa´ se denomina "New Wave", la nueva ola de ciencia ficción que vino sobre todo de Gran Bretaña, con Brian Aldiss, J.G. Ballard, John Brunner, Norman Spinrad, Michael Moorcock, añadiendo algún escritor norteamericano como Thomas M. Disch.
Evidentemente, desde entonces, la ciencia ficción habrá dado al menos dos o tres nuevas olas más, y ahora, entrando ya en 2018, se puede decir que está en un periodo bastante confuso. Cada vez es más difícil definir los contornos del género, pues ya no es ni un género como tal, si no que cualquier novela puede ser de ciencia ficción desde algunos puntos de vista, siempre que la tecnología que nos rodea tenga cierto protagonismo. Aunque esto tampoco sea así, por supuesto. Ni que decir tiene que hoy en día la ciencia ficción lleva muchas veces el acompañamiento de la fantasía, algo que no es nada positivo para su futuro, pero todo se andará.
No es fácil dar con una buena novela de ciencia ficción recién editada. Es un género que sin duda se disfruta mejor con sus posos que con sus espumas. Como antaño, entre decenas de títulos góticos, unos pocos han pasado a la historia como geniales creaciones.
Pero volviendo a lo que iba. Sin duda, Rafael Llopis me ha ayudado a explicar por qué leo ciencia ficción. Porque solamente me he dejado llevar por la secuencia lógica de la historia del misterio humano hecho literatura.