Pone los pelos de gallina la breve frase; goosebumps. Término que por cierto se desliza a lo largo de Bellona como si fuera un viento que airea su estancia.
Según pasa el tiempo, uno cuando ha dejado Bellona debe pasar a otra cosa (a Frank Herbert, concretamente). Pero la huella es fuerte.
Para dejar más claro el asunto de la ortodoxia. Todavía a día de hoy existe una página web en la que un tipo tiene anotadas las correcciones a las diferentes ediciones de "Dhalgren". Correcciones que llaman la atención por lo exhaustivas y detallitas que son:
Kevin J. Ring - oneringcircus.com
Dos cubiertas de ediciones más modernas
Dejo para el final la imaginación. Más allá del exceso enrabietado de Delany, sus desbordantes ideas son brillantes y tremendamente intrigantes. Las dos Lunas creando sombras dobles en las habitaciones en las que hay alguien capaz de observarlas... El Sol que envuelve Bellona con unas dimensiones que ocupan la mitad o más del cielo abierto:
... what they could see of it [the Sun] filled half the visible sky...
Y sin embargo, Kid, dice que es el Sol. ¿No ves, es solamente el Sol? Con esa pose de tranquilidad que ha desarrollado en Bellona, al ser él mismo un superviviente de aquella incomprensible ciudad.
Hay un par de personajes que me gustan mucho. Uno es Tak Loufer, quizás el más probable alter ego del propio Delany en Bellona. Ingeniero que se encarga básicamente de dos cosas: una, él suele dar la bienvenida a los recién llegados de una manera oficial, y de otra menos formal (el lector descubrirá qué es lo que hace con los jovencitos sin complejos que acaban de llegar, como Kidd); y, dos, sabe descubrir los mejores rincones de la ciudad. Un par de ejemplos:
... I used to come down here for my science fiction until there wasn't anything on the selves any more...
Tak le lleva a Kid a visitar una de las librerías de Bellona. En esas misas baldas de Literatura Americana, aparecen decenas y decenas de copias del libro de poemas de Kid: Brass Orchids [Orquídeas de Latón]. Más tarde, hacia el final de la novela le preguntará Kid al editor, el conservador Caulkins dónde y real y materialmente confeccionan el Bellona Times (gaceta diaria) y el libro con sus poemas (o con alguno de sus poemas, más bien).
Más tarde, en otra visita, que sin duda, en mi opinión, es el clímax imaginativo de la novela, sobre la página 555, Tak le lleva a Kid a visitar un pabellón industrial. Se cuelan por una inmensa persiana. ¿Acaso trabaja aquí el señor Richards?, se pregunta Kid, ese tipo que es el padre de esa familia que podría ser la suya, que tanto acaba por odiar. Comportamientos tan familiares, intentando negar como sea el hecho de que Bellona haya dejado de ser una ciudad como otra cualquiera, que hacen que la postura de Kid se radicalice y su proceso de aprendizaje avance consecuentemente contra el muy hipócrita conservadurismo de los Richards.
... like you have, isn't it?...
De repente, en el interior de la nave Kid observa que hay miles y miles de esos puños metálicos con peligrosas cuchillas soldadas almacenados en cientos de cajas de cartón. Se llaman Brass Orchids, así se titula también su poemario, impreso seguramente como por arte de magia en alguna nave cercana... Y hay muchas más cosas extrañas en esa nave. Prismas, espejos, lentes, cadenas. E infinidad de bolas de plástico rojo, partidas por la mitad, del tamaño de un ojo humano... ¡¡Dios!!
¿Qué cojones hacen ahí es lo que se pregunta cualquiera que haya llegado a este punto de la novela? No hay explicación. Pero la sugerencia es tal, las posibilidades que se abren en nuestra mente llegados como digo a este punto son de tal magnitud que uno incluso se pregunta si Bellona no deja de ser un experimento del gobierno americano. ¿Un grandioso homenaje a 'The Tunnel Under The World'? Y como todavía quedan 150 y pico páginas... esto seguro que se nos va a explicar... ...en algún momento... ... puede que todo esté siendo grabado y analizado desde...
Pero no. Bellona es un país independiente. Aún así, para Tak la existencia de los libros, los puños y lo demás es normal.
El otro personaje que me parece muy interesante (le da un aire muy fresco a la novela) es el astronauta Kamp. Kid lo conoce por primera vez en el Teddy's (el bar donde se reúne la chavalería scorpion y acuden muchos más personajes). Y desarrollan entre ellos conversaciones que parecen haber sido grabadas con grabadora oculta, de lo verosímiles que resultan. A los días, ambos hablan en la fiesta que Caulkins ofrece a Kid en honor a su libro de poemas. Kamp reconoce que está harto de que todo el mundo le pregunte por su viaje a la Luna, apuntando que ya ha vuelto a la Tierra, que solamente estuvo allí seis horas. Todo ello en un tono bastante humorístico. Aunque posteriormente, gracias a la especial capacidad de Kid de arrancar a sus amigos y conocidos reflexiones que nunca hubieran realizado delante de cualquier otra persona, Kamp describe sus sensaciones reales al llegar a la Luna (no ofrece el tipo de respuestas que ya ha automatizado para las preguntas de siempre), y que son terriblemente interesantes. Es decir, Delany consigue ficcionalizar sensaciones que van más allá de las aventuras reales de Aldrin y Amstrong. Kamp también describe un experimento (terrestre) con jóvenes y el LSD que es de lo más revelador. En realidad, Delany nos hace ver que en la vida del astronauta, por muy importante que haya sido su viaje a la Luna, hay cosas que pueden ser más interesantes. Quizá si cabe más valiosas. Kid, como digo, es esa voz que sabe sacar lo mejor de cada habitante de Bellona. Esto es así. Nunca ocurre al revés. A huge capacity for love... como se dice en la contraportada de mi ejemplar de "Dhalgren":
Aún así, la realidad supera a la ficción. Estoy escuchando ahora un trabajo musical de Anne Guthrie, Brass Orchids... Con lo cual ya tenemos el libro de poemas y los puños cuchillosos en la ficción y en la realidad un conjunto notable de experiencias sonoras que captan la idiosincrasia de Bellona. Aquí, la página de la autora:
Portada de "Brass Orchids" (2018), de Anne Guthrie.
He de reconocer que mientras leía "Dhalgren", lo que escuché, una vez tras otra, fue "After The Rain" (2012), obra de ese inglés tan admirador de la escuela de música electrónica de Berlín, Ian Boddy. Un disco cautivador, aparentemente tranquilo, pero con unas violentas salidas de tono que se prestan muy bien a la atmósfera de Bellona.
Tengo que escribir necesariamente sobre el personaje de Lanya Colson. La novia de Kid(d) y también de Denny, por qué no decirlo. Dos poetas muy diferentes también aparecen por Bellona. Como ya se ha dicho, uno es Newboy, el que está de paso. Representa a la figura del poeta maduro y más conservador, que charla bastante con Kid, y a quien intenta aconsejar con la mejor intención. Como de costumbre, Kid acaba por realizar preguntas a las que no están acostumbrados sus entrevistados y se generan diálogos muy interesantes. El otro poeta, local, es Frank. Hay un momento en el que se da por hecho que es él el dueño del cuaderno que se ha encontrado en el parque Kidd. Pero no lo es. Frank acaba siendo el peor crítico de la poesía de Kid. ¿Cómo pueden ser buenos sus poemas si apenas lleva dos semanas escribiendo poesía? Bien, Delany confronta las dos ideas. Es posible que uno tenga que pulir muchísimo sus poemas para que finalmente sean buenos. También es posible que uno capte el momento que quiere poetizar con las debidas palabras, sin necesidad de mayores correciones.
Es Lanya, sin embargo, la que acaba consolando a Kid, tras la severa crítica de Frank, aportando una reflexión muy interesante:
... but, today, so many people do so many things very well, and so many people are seriously interested in so many different things people do for their own different reasons, you can't call any thing the best for every person.
Que esto fuera cierto en los años setenta es una cosa. Pero ¿hoy en día? Cualquiera, absolutamente cualquiera, puede aspirar a escribir una novela, por ejemplo; aunque sea en una biblioteca pública donde le podrían proporcionar un ordenador o papel y boli. O ya con más medios, interesarse repentinamente por cualquier tipo de extremo montañismo comprando un equipo nuevo en cosa de dos horas (o veinte minutos)... Todo ello con sus ventajas (el disfrute per se). Y desventajas: evidentemente la primera, la de perder de vista entre todos nosotros un horizonte de calidad mínima a la hora de lanzarnos hacia nuestros intereses...
Lanya, una joven valiente, inteligente, independiente, hermosa.
Un ejemplo ahora de lo que Delany propone en la parte final de la novela (aproximadamente durante 10 páginas -651/662-):
Muestra en directo sus propias correciones. Más allá de ser algo curioso para el lector (quizá esta proposición de Delany sea la más benevolente de la novela, en el sentido de que no nos la hace sufrir más allá de diez páginas), me hace pensar en lo terriblemente cansado que debió ser para Delany escribir esta novela tan ortodoxa en sus condiciones de dislexia.
Una última reflexión. Uno en Bellona se puede tomar ciertas libertades. Puede acercarse al supermercado de la esquina y servirse, de forma gratuita. Alguien repondrá las baldas. O puede coger el autobús. Ese vehículo que a la manera de un fantasma sigue recogiendo pasajeros. Ir al Teddy's, y tomarse una cerveza a la salud de Bellona. Uno de los personajes más esquivos (aún para Kid) y que peor rollo da de la novela es un tipo que quiere seguir pagando por sus cervezas, aunque sean gratis. Pero la moneda de cambio en Bellona no es el dinero; apenas quedan billetes de la etapa anterior. Kid lo invita con un billete de dólar. [El lector se entera más tarde de cómo Kid consigue el billete. El final de la novela no es del todo lineal temporalmente]. Se sugiere que este tipo que quiere seguir manteniendo las costumbres de toda la vida, y pagar por sus cervezas, es un francotirador. Por cierto, los dos lugares en los que se produce más violencia en Bellona son un centro comercial y la sede de un banco.
En general, uno puede hacer lo que le de la gana (lo que suele acabar normalmente en sexo - siempre consentido-). [A excepción de la violación de George sobre June, que se convierte en uno de los hilos conductores de la narración, aunque nunca se llega a explicar realmente lo que ocurrió].
Sin embargo, es muy interesante comprobar que cuando un grupo de desconocidos comienza a vivir en comandita, en un mismo espacio cerrado, se crea costumbre, y se crea cultura, a un ritmo muchísimo más rápido de lo que podría parecer en un principio. Parece como que si alguien lava la primera noche de comuna los platos, se adjudica la tarea... Veamos lo que escribe Delany:
... it is often just when we are most aware of the freedom of the field in which we move that our actions become most culture-bound?
A continuación, el fin literal de la novela:
Dejo de revisar el cuerpo de la novela, y voy a incluir una serie de fotos editadas, sacadas de noticias reales, que me sugieren cómo podría ser Bellona... en algún momento...
Finalmente, apuntar que si me he tomado tanto trabajo en intentar describir, aunque sea mínimamente esta novela, es por algo. Vale la pena. Luego la echamos de menos. Como se echa de menos ese lugar al que vamos de vacaciones, en el que nos podíamos tomar algunas libertades respecto a nuestra vida cotidiana.