jueves, 18 de enero de 2024

El Crisol del Tiempo (1983) - John Brunner

 Publicada originalmente en 1983, poco después de "Helliconia Spring". 

¿Sabía Brunner de la novela de Aldiss? ¿Aldiss de la de Brunner? 

(Este título en concreto se editó en castellano en 1995, en la colección Nova). 



Tiene en común con "Helliconia" la explicación paulatina de un mundo completamente nuevo, aunque ambos trabajos en realidad son bastante diferentes. 

Aldiss crea un espacio-tiempo diferente, pero humano. Y así, mucho más verosímil, intenso, poderoso.

Lo de Brunner no es humano (algo que le da mucho trabajo de creación), por lo que la posición empática del lector, aunque sea inconscientemente, no es la misma. Algo que en vez de restar, debería añadir mérito al trabajo de Brunner. 

De cualquier manera, se trata de dos autores que no necesitan mayor presentación. 

 

"El crisol del tiempo" lo leí hace ya año y medio. Una lectura veraniega que disfruté muchísimo, que se me hizo muy agradable. Lo que no ha sido tan divertido es esperar tanto tiempo para poder escribir esto.

La novela se divide en 7 capítulos. Por si fuera poco el nuevo ecosistema en el que se introduce al lector de partida, en cada uno de esos capítulos, a su vez, nos vemos imbuidos en radicales cambios de situaciones espacio temporales. 

¿Qué ocurre? ¿Eres de los que quieres acompañar a tu personaje favorito, ese con el que ya te identificas en la página 23, hasta el final del libro? Olvídate. 

La gran baza de este trabajo es su continua metamorfosis. No solamente Brunner se toma el trabajo de presentarnos y descubrirnos una civilización completamente alien a nuestra naturaleza, si no que a su vez la desarrolla, y emprende la escritura de su evolución durante muchas generaciones. 

También tiene su lado de aventura, por supuesto, y bien buenas aventuras se describen, dicha sea la verdad. Y muchas de ellas tienen que ver con esos cambios en la propia ecología que rodea a los pueblos que van siendo descritos. No es "Dune" esta novela, no pretende serlo. 

Herbert es maestro del matiz psicológico; Brunner quizá haya que describirlo como un maestro del paisaje. 

A medida que avanzan los capítulos, de alguna manera los personajes más "inteligentes" van sacando conclusiones. Se explican entre ellos, explican a sus pueblos, explican al lector. Un invento como el "telescopio" es fundamental para hacer cierta lectura de la posición de las estrellas. Las siguientes generaciones tomarán nota y sacarán conclusiones.

Evidentemente, Brunner, como Aldiss, crea y destruye, desarrolla y mengua a su antojo, y el lector disfruta. 

En resumen, me alegro mucho de haber leído este trabajo de Brunner. Su segundo tras "The Stone That Never Came Down". Muy superior este "El Crisol del Tiempo". Tiene su continuación... que en principio no creo que lea, pero a Brunner uno siempre debe volver...

 

 

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